sábado, 27 de octubre de 2012

El Confidencial publica una entrevista con nuestro invitado Craig Murray

“Para llegar a ser embajador estuve construyendo mi carrera diplomática durante 30 años. Todo ese tiempo tuve que trabajar muy duro para ir escalando puestos y superar distintas pruebas, por lo que significó un sacrificio tremendo para mí perderlo todo de un día para otro. Pero no me arrepiento de lo que hice”. La determinación de Craig Murray por la defensa de los derechos humanos sigue intacta, como explica a El Confidencial, a pesar de haber sido expulsado del cuerpo de diplomáticos británicos tras revelar unos cables en los que se demostraba la implicación de la CIA y el MI6 (un clon del MI5, pero dedicado a la inteligencia exterior) en el secuestro y tortura de personas en todo el mundo. Aprovechando su visita a Madrid, para mantener un encuentro privado con un grupo de exalumnos de INSEAD, charlamos con el pertinaz diplomático que inspiró la gestación de Wikileaks sobre derechos humanos, acceso a la información, geopolítica, relaciones internacionales y el futuro de la Unión Europea.
Los atentados del 11-S han marcado un punto de inflexión en el mapa geoestratégico mundial. Murray reconoce que en aquel preciso momento pocos diplomáticos pudieron imaginarse sus verdaderas consecuencias, pero poco tiempo después se pudo comprobar hasta qué punto marcó el desencadenante de una política de injerencia estadounidense más belicosa y agresiva. “Hasta entonces la política exterior de Estados Unidos estaba bastante constreñida y condicionada por el impacto psicológico de la guerra de Vietnam. Principalmente se centraba en el uso de la inteligencia y no en el de la fuerza, con la excepción de la primera guerra de Irak, pero la invasión de Afganistán fue un fiel reflejo de esa nueva política”, explica el exembajador de Reino Unido en Uzbekistán.
El nuevo mapa de las relaciones internacionales
La invasión se produjo sin haberse obtenido una resolución favorable del Consejo de Seguridad de la ONU, pero Estados Unidos trató de borrar las acusaciones de unilateralismo empujando a otros países aliados a la guerra. Este efecto arrastre, apunta Murray, que obligó a los países occidentales a posicionarse a favor o en contra, “ha dañado gravemente las instituciones internacionales y ha dejado sin ninguna autoridad a la ONU. La política común de la UE también se ha resentido porque algunos países miembros apoyaron la invasión y otros no, mientras que la OTAN ha pasado de ser una organización defensiva en el Atlántico Norte para convertirse en una organización ofensiva que actúa desde Oriente Medio hasta el norte de África”.
Estos cambios en los fundamentos de la OTAN y los perjuicios a los principios de la UE o la ONU a los que se refiere Murray sientan sus bases, dice, en un cambio en las políticas securitarias impuestas por Estados Unidos, que han relegado a un segundo plano los derechos humanos. “En mi país, por ejemplo, ha habido varias personas retenidas más de ocho años sin ningún juicio”. El reflejo antidemocrático de estas discutidas políticas, explica el exdiplomático, “se puede ver en el hecho de que cuando conocí al presidente del régimen de Uzbekistán, Islam Karimov, lo primero que hizo fue felicitarme porque mi país había suspendido un artículo de la Convención sobre Derechos Humanos para poder detener a personas sospechosas sin cargos”.Conozco a varios denunciantes que se han suicidado por la presión y el bloqueo económico al que fueron sometidos
El supuesto arrinconamiento de los derechos fundamentales de las personas en las agendas políticas ha provocado un fuerte deterioro, según Murray, en la libertad de información. “Solo durante la legislatura del presidente Barack Obama han sido juzgadas más personas por revelar información confidencial que comprometía a su Gobierno que en toda la historia de los Estados Unidos. La Patriot Act ha propiciado que se produzca este acoso, pero al mismo tiempo, nunca se ha visto circular libremente tanta cantidad de información porque las autoridades aún no han encontrado la fórmula para controlar internet”, apunta el exdiplomático.
El propio Julian Assange, cuya delicada situación le ha propiciado una fuerte amistad con Murray, expone en su próximo libro Cypherpunks, que en los próximos años se intensificará la batalla por la libertad de internet entre los gobiernos y los hackers que, según el británico, ganarán los segundos “porque internet tiene vida propia y las únicas excusas gubernamentales para cortar el acceso son la pornografía infantil y el blanqueo de dinero”.
Costes y beneficios de la filtración de documentos comprometidos
A pesar de su optimismo en este terreno, Murray no cree que los hackers sean los protagonistas de la liberación de informaciones porque, aunque “en ocasiones son los que filtran documentos, esto no sirve de nada si no hay insiders o expertos que tengan la capacidad de interpretarlos, analizarlos y contextualizarlos”. El mismo Murray se incluye entre este último grupo. Una consideración que ratifica su trayectoria vital, desde el momento en el que denunció las torturas cometidas por el régimen uzbeco en 2003. Un atrevimiento que en su caso ha tenido altos costes laborales, pero que logró superar. “Conozco a varios denunciantes que se han suicidado por la presión y el bloqueo económico al que fueron sometidos, tanto por revelar casos que comprometían a las altas esferas como por otros relacionados con temas de corrupción local o malos tratos en psiquiátricos. El problema es que cuando haces este tipo de denuncias pierdes tu empleo, atacan tu honestidad y nadie más volverá a contratarte porque el valor más grande de una empresa es la lealtad de los trabajadores y consideran que tú no la tienes”.

Murray dirigiéndose a los medios ante la embajada de Ecuador en apoyo a Assange. (Corbis)

Al sacar a relucir el tema de Assange, Murray no puede evitar mostrar su admiración por él, al tiempo que denuncia que se le mantenga “bajo arresto domiciliario”. Sus encuentros son frecuentes, “nunca comas con él, es un consejo, y menos en la embajada ecuatoriana donde cocina en un triste microondas y, la verdad, no lo hace muy bien”, explica sacando lo mejor de su humor inglés. Al margen de estas jocosas apreciaciones, Murray explica que en el plano humano se encuentra bien gracias a lo multitud de visitas que recibe, “aunque le frustra mucho no poder salir a la calle”. Esta dura situación “no lo ha amedrentado y lo veo muy convencido para seguir adelante con el trabajo que está haciendo desde Wikileaks, aunque se le están asestando duros golpes, como es el bloqueo de las cuentas de la organización, de las donaciones anónimas y el secuestro de servidores desde donde se filtras documentos”.
Los riesgos que corren estos denunciantes, llegando incluso al suicidio cuando no pueden aguantar la presión, no parece que merezca la pena políticamente porque pocos son los casos en los que han provocado cambios políticos. “Es verdad que por ejemplo mi denuncia no ha servido para acabar con la tortura, pero yo lo veo como una obligación moral, es caso como una necesidad existencial de hacer llegar la verdad a la opinión pública, aunque no se consiga mucho”. Esta limitación o ausencia de impacto político de las denuncias, tiene que ver para el diplomático con el hecho de que “la prensa generalista no siempre se atreve a publicar estos documentos comprometidos con la gente que les da de comer y los nuevos medios no llegan a todo el mundo. Mi blog es uno de los que más influencia política tienen en Reino Unido y, en el mejor de los casos, un post puede tener 70.000 lecturas, mientras que la prensa de Rupert Murdoch tiene más de siete millones”.
“Nunca habrá unión monetaria en la UE si no hay unión fiscal”
La visión a corto plazo de Murray sobre el mapa geoestratégico mundial apunta a tensión permanente que, por un lado, potenciará la cesión de competencias a las instituciones supranacionales, mientras que por otro, aumentará la descentralización de las estructuras dentro del ámbito de las nacionalidades”. También piensa que el concepto de la soberanía nacional “ya ha cumplido su papel” y, por lo tanto, “no tendrá ningún sentido a lo largo de este siglo”.Cuando conocí al presidente uzbeco me felicitó porque mi país había suspendido un artículo de la Convención sobre Derechos Humanos
La integración de la Unión Europea sufrirá fuertes reveses, dice Murray, si no se acometen rápidas y profundas reformas. “Nunca podrá haber una unión monetaria si no hay antes una unión fiscal. Al mismo tiempo se necesita implementar en su funcionamiento un sistema democrático con un gobierno único porque, sino, será Alemania quien te diga lo que debes hacer”. Otro de los errores de configuración europea que apunta el británico tiene que ver con que “hay países dentro del espacio Schengen y otros no, al igual que unos tienen el euro y otros no. Esta situación provoca un sistema a dos velocidades que está condenado al fracaso y no tiene sentido”, añade.
La desafección de la ciudadanía europea con las instituciones de la UE tiene que ver con su falta de capacidad “para implementar, desarrollar y ejecutar decisiones sin depender de las decisiones propias de cada país”. La consecuencia inmediata de este débil peso de las instituciones europeas se ve “en el inevitable liderazgo de Angela Merkel, pues es quien paga los cheques, pero seguirá sucediendo esto si no se democratiza el parlamento y se crea un gobierno único”.

Jesús Cacho se reunió el pasado 3 de octubre con Alumni INSEAD para almorzar


Los próximos cuatro años marcarán el futuro de España

El pasado 3 de octubre tuvimos la suerte de almorzar con uno de los grandes periodistas de este país: Jesús Cacho que después de haber creado uno de los productos informativos de más éxito en los últimos años, El Confidencial, ahora se ha embarcado en un nuevo proyecto editorial, Voz Pópuli, con notable éxito.

En su intervención señaló que la crisis del periodismo es un síntoma de la enorme crisis general en la que está sumida España. Ahora estamos viendo las miserias de un sistema que está agotado. En España no ha habido editores vocacionales sino oportunistas. Puede que el caso más excelso haya sido Jesús Polanco cuyos accionistas eran los grandes del capitalismo patrio. Según Cacho la figura del editor clásico que defendía al redactor frente al poder ha desaparecido. Actualmente vivimos en un sistema de duopolio: dos grandes bancos, dos periódicos, dos telecos… según Cacho entre Telefónica, BBVA y Santander son responsables del 95% de la publicidad en España y por tanto tienen un poder absoluto. Según Cacho: “los grupos periodísticos han cometido el mismo error que el capitalismo patrio que es endeudarse hasta las cejas lo cual impide la libertad de expresión. Tampoco hay justicia creíble ni medios de comunicación libres”.

Cacho ha destacado que vivimos en un ecosistema parecido a una democracia pero que no es lo mismo. “Los periodistas nos hemos rendido” afirmó, destacando también que “a esta profesión no se viene a hacer amigos”. El futuro del periodismo pasa, según el fundador de Voz Populi por la ventana de oportunidad que se vislumbra en Internet pero que también arrastra muchos vicios porque en el kiosco virtual abunda la porquería. El medio de Internet que tenga la capacidad de ser creíble sobrevivirá. Defendió Cacho el rol del periodista que sale a la calle a buscar noticias, que está viendo a gente, descubriendo historias y que no se vende por dinero.

El periodista vaticinó que los próximos 4 años marcarán el futuro de España y que el periodismo será parte del proceso de regeneración. Jesús Cacho también destacó que una clase empresarial fuerte y una sociedad civil bien articulada serían la solución a los males endémicos de España.

Sobre el referéndum de independencia de Cataluña, Cacho destacó que aunque hay que reconocer el hecho diferencial catalán y vasco, el principal problemas es que “la emoción ha desplazado a la razón y el nacionalismo es una reacción emocional”.

La comida de Jesús Cacho produjo un intenso debate con los antiguos alumnos de Insead que se reunieron en Bice. Cacho finalizó su intervención diciendo que. “soy dueño de mi destino, de mis errores y de mis aciertos. Soy un perro sin collar y nunca me han interesado los puestos en las organizaciones”.

El expresidente de Colombia Álvaro Uribe comparte con la Asociación de Antiguos Alumnos de INSEAD en España lecciones de liderazgo


Álvaro Uribe: “Las reformas integrales se construyen a partir de pequeñas victorias”


El pasado 16 de octubre de 2012 en Madrid, el expresidente de Colombia Álvaro Uribe participo en una cena organizada por la Asociación de Antiguos Alumnos de INSEAD en España. En el encuentro, Uribe ha compartido sus conocimientos entorno al liderazgo y sus formas de ejercerlo con éxito.  

Para Uribe, presidente de la República de Colombia de 2002 a 2010, una reforma total se consigue “con éxitos a corto plazo”. Según Uribe, bajo cuyo mandato en el país sudamericano se desarrolló una lucha frontal contra el narcotráfico y los paramilitares, “hay que confiar en las victorias en el corto plazo porque otorgan moral”. Y añadió: “Los cambios profundos no se consiguen de la noche a la mañana, sino que se construyen a partir de muy pequeñas modificaciones”.